En una rueda de prensa, el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, ha dicho que “no se trata de limitar la libertad de expresión, sino de ampliar el control de los permisos para las reuniones públicas”, como convocatorias ante embajadas extranjeras, donde en las últimas semanas se han llevado a cabo quemas de ejemplares del Corán.
Así mismo, el alto cargo sueco enfatizó que “tenemos sistemas políticos completamente distintos y visiones diametralmente opuestas sobre los derechos humanos, incluida la libertad de expresión. No va a pasar que Suecia se vaya a adaptar a los intereses de otros países, no lo haremos”.
No obstante, Kristersson se limitó a instar a la ciudadanía a hacer uso de la libertad de expresión de forma responsable y respetuosa y dijo que, en un país como Suecia, “hay un amplio marco de libertad. Pero con ello viene también una gran responsabilidad”.
Las palabras del político se producen en respuesta al llamado que hizo este lunes la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) a sus 57 miembros a adoptar “medidas apropiadas en sus relaciones” con países como Suecia y Dinamarca que autorizan la blasfemia al sagrado Corán bajo la excusa de libertad de expresión.
Conforme a Kristersson, Otra medida que planea adoptar el gobierno del país europeo, es reforzar los controles fronterizos por el aumento de la amenaza a la seguridad de este país escandinavo debido a las quemas de ejemplares del Corán, acciones que han provocado protestas en el mundo islámico y que podrían, eventualmente, incrementar el riesgo de atentados o acciones violentas.
En las últimas semanas, extremistas e individuos anti-Islamices han llevado a cabo varias profanaciones públicas del sagrado Corán en Suecia y Dinamarca, lo que provocó manifestaciones de ira en países musulmanes, que plantean medidas comerciales y diplomáticas en contra de los dos países europeos, cuyos gobiernos han dado luz verde a dichos agravios.
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